25 mar 2012

Septenario de Los Dolores de María Santísima

Por la señal… Señor mío Jesucristo…
- Abrid, Señor mis labios.
- Y mi boca proclamará vuestra alabanza.
- Oh, Señor, ven en mi ayuda.
- Y apresúrate a socorrerme.
- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
- Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


ORACIÓN para todos los días
Virgen Inmaculada, madre de piedad, llena de aflicción y amargura; te suplico ilustres mi entendimiento y enciendas mi voluntad, para que con espíritu, fervoroso contemple los dolores que se proponen en este Septenario, y pueda conseguir las gracias prometidas a los que se ocupan en este santo ejercicio. Amen.

PRIMER DOLOR: Profecía de Simeón: Lc 2,25-33
Me compadezco, Madre Dolorosa, por el dolor que padeciste con el anuncio de Simeón cuando dijo que tu corazón sería el blanco de la Pasión de tu Hijo.
Haz, Madre mía, que sienta en mi interior la pasión de tu hijo y tus dolores.
Padrenuestro, siete Ave Marías en honor de los siete dolores de María y Gloria al Padre…

SEGUNDO DOLOR: La huida a Egipto: Mt 2, 13-18
Me compadezco, Madre Dolorosa, por el dolor que padeciste en el destierro a Egipto, pobre y necesitada en aquel largo camino.
Haz, Señora, que sea libre de las persecuciones de mis enemigos.
Padrenuestro, siete Ave Marías y Gloria al Padre…

TERCER DOLOR: El Niño perdido en el templo: Lc 2,40-50
Me compadezco, Madre Dolorosa, por el dolor que padeciste por la pérdida de tu Hijo en Jerusalén por tres días.
Concédeme lágrimas de verdadero dolor para llorar mis culpas por las veces que he perdido a mi Dios, y que lo halle para siempre.
Padrenuestro, siete Ave Marías y Gloria al Padre…

CUARTO DOLOR: La calle de la Amargura: Tradición (Camino del Calvario)
Me compadezco, Madre Dolorosa, por el dolor que padeciste al ver a tu Hijo con la Cruz sobre sus hombros, caminando al Calvario con escarnio, baldones y caídas.
Haz, Señora, que lleve con paciencia la cruz de la mortificación y trabajos.
Padrenuestro, siete Ave Marías y Gloria al Padre…

QUINTO DOLOR: La Crucifixión: Lc 23, 33-46
Me compadezco, Madre Dolorosa, por el dolor que padeciste al ver morir a tu Hijo, clavado en la cruz entre dos ladrones.
Haz, Señora, que viva crucificado con mis vicios y pasiones.
Padrenuestro, siete Ave Marías y Gloria al Padre…

SEXTO DOLOR: El Descendimiento; Mc 15,42-47
Me compadezco, Madre Dolorosa, por el dolor que padeciste al recibir en vuestros brazos aquel santísimo cuerpo difunto y desangrado con tantas llagas y heridas.
Haz, Señora, que mi corazón viva herido de amor y muerto a todo lo profano.
Padrenuestro, siete Ave Marías y Gloria al Padre…

SEPTIMO DOLOR: La Sepultura: Jn 19,38-42
Me compadezco, Madre Dolorosa, por el dolor que padeciste en tu soledad, sepultado ya tu Hijo.
Haz, Señora, que quede yo sepultado a todo lo terreno y viva sólo para Ti.
Padrenuestro, siete Ave Marías y Gloria al Padre…

ORACIÓN FINAL para todos los días
Purísima Virgen María:
1. traspasada de dolor con la espada que profetizó Simeón;
2. cuidadosa y necesitada huyendo a Egipto;
3. triste y atribulada buscando tu Hijo perdido;
4. llena de amargura y lágrimas encontrándole con la Cruz a cuesta;
5. afligida y ansiosa viéndolo agonizar y morir;
6. angustiada y atormentada con tu Hijo muerto en los brazos;
7. sola y sin consuelo dejándolo sepultado;
humildemente te ruego que la gracia que pido, siendo a mayor gloria de Dios y bien de mi alma, me la alcances de tu divino Hijo; y si no que se haga en todo su santísima voluntad y que yo nunca le ofenda.
Juntamente te suplico intercedas por nuestro Santísimo Padre el Papa, por la paz y concordia entre todos los pueblos, exaltación de la santa fe católica, destrucción de las herejías, conversión de los pecadores e infieles; mira, Madre, con ojos de piedad a tus devotos y concédeles espacialísimos auxilios de gracias para mayor Gloria de Dios. Amen.

- Ruega por nosotros Virgen dolorosísima.
- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

Oremos:
Oh Dios, en cuya Pasión fue traspasada de dolor el alma dulcísimo de la gloriosa Virgen y Madre María, según la profecía de Simeón; concede propicio que, después de venerar su transfixión y sus dolores, por los gloriosos méritos, súplicas e intercesión de todos los Santos fieles en acompañarle junto a la Cruz, consigamos el efecto feliz de tu Pasión. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


DOLORES A LA VIRGEN

1. Cuando Simeón el justo
tomando al niño en sus palmas
su muerte por nuestras almas
profetizando anunció

Madre ¡qué espada tan fiera
Vuestro pecho traspasó!
Haced que esta espada Madre
también el pecho taladre
del que a Vos os la clavó.

2. Cuando por salvar al hijo
de impías persecuciones
ir de Egipto a las regiones
el ángel os ordenó

Madre que espada tan fiera....

3. Cuando al regresar del templo
perdisteis al dulce infante
y a luz de su semblante
tres días os eclipsó

Madre que espada...

4. Cuando al suplicio subiendo
por la cuesta fatigosa
de la vía dolorosa
Jesús con vos se encontró

Madre que espada tan....

5. Cuando cual manso cordero
el Redentor inocente
de cruz infame pendiente
en el calvario expiró

Madre que espada tan ...

6. Cuando en el casto regazo
que a Jesús Niño estrechara
que en su infancia le albergara
Jesús muerto reposó

Madre que espada....

7. Cuando los yertos despojos
que tiernamente abrazabais
y con lágrimas regabais
la sepultura encerró

Madre que espada....


Salve a la Dolorosa: canta Mari

Salve, Virgen Dolorosa,
salve, de Mártires Reina,
Madre de misericordia,
entre espinas y azucenas. (bis)

Dios te salve, a Ti llamamos,
tus hijos, los hijos de Eva,
pues en la Cruz vuestro Hijo,
a Vos por Madre nos deja. (bis)

A Ti Reina, suspiramos,
gimiendo y llorando penas,
en aqueste triste valle,
de lágrimas y miserias. (bis)

Ea, pues, dulce Señora,
Madre y abogada nuestra,
esos tus hermosos ojos,
a nosotros siempre vuelvas. (bis)

A Jesús, fruto bendito,
de tu vientre hermosa perla,
y después de este destierro,
en el cielo nos le muestras. (bis)

¡Oh Madre toda piedad !,
¡oh Madre toda clemencia !,
¡oh dulce Virgen María !,
por nosotros a Dios ruega. (bis)

Para que seamos dignos,
de conseguir las promesas,
de nuestro Jesús Amante,
que es ir a la Vida eterna. (bis)
Amén.